"Humo de incendios lejanos es un libro de apariencia hermética que, no obstante, se mantiene a flote en su decurso lingüístico, en su corriente sonora, “hermosa como aquello que nos hiere como aquello que no significa nada”. Desnudas de su coraza de sentido, las palabras se ablandan y al hacerlo adquieren significaciones múltiples. Para esto, Chirinos se sirve de recursos que no por conocidos dejan de probar aquí su eficacia: prescinde de mayúsculas y signos de puntuación y con ello enriquece la multiplicidad semántica de su texto: cada frase es en realidad varías, de pronto una línea o un enunciado puede leerse lo mismo como una entidad independiente que como un complemento de la cláusula anterior o un modificador de la que le sigue. Este libro es un continuo roto en trece secciones, cada una de las cuales se fragmenta a su vez creando un discurso fractal en el que cada pieza resulta formalmente semejante. Cada una de estas secciones tiene inscrito en su pórtico uno o varios falsos epígrafes. Aclaró: falsos no por su origen, sino por su función: son estos los que, antes que un comentario al margen del discurso, se constituyen en la pauta de la circulación del lenguaje poético. 

Victor Cabrera"